Se ha descubierto que a partir de la semana 33 de embarazo, el feto realiza unos Movimientos Oculares Rápidos (MOR) que pueden ser señal de que el niño sueña.
Con las pocas experiencias vitales que tiene un bebé dentro de su madre, cuesta imaginar con qué pueden soñar estos renacuajos. ¿Que juegan con sus piecitos? ¿Con tus ruiditos? Para un feto, soñar, a pesar de la simplicidad de estas ensoñaciones, puede jugar papel crucial en cuanto a la estimulación y el crecimiento del cerebro.
En la semana 33, el cerebro del bebé prosigue su rápido desarrollo, teniendo los cinco sentidos ya en funcionamiento. Puede ver el mundo líquido que le rodea, saborear el líquido amniótico que traga, sentir el tacto del dedo que chupa, y oír el corazón y la voz de su madre. En el saco amniótico no hay aire que le lleve olores, pero si lo hubiera, también podría olerlos. Debido al gran desarrollo cerebral experimentado en esta semana 33, la circunferencia craneal del bebé ha aumentado en los últimos días casi 1,25 centímetros.
La mayoría de los huesos se están endureciendo, aunque los de la cabecita todavía están muy blandos; de hecho, son huesos separados que tienen espacios entre ellos. Esta flexibilidad en los huesos de la cabecita permite que se compriman para pasar por el canal vaginal. La presión es a veces tan intensa durante el nacimiento, que algunos bebés nacen con la cabeza en forma de cono. Pero no te preocupes porque esto es totalmente normal y no les hace ningún daño. Además es temporal, porque en poco tiempo tienen un aspecto normal. A pesar de esto, los huesos de la cabeza no estarán completamente unidos hasta que el bebé tenga entre 9 y 18 meses.
Esta semana tu bebé pesa tanto como una piña, casi 2 kilos (un poquito más de 4 libras) y mide 43,6 centímetros (17,2 pulgadas)
CAMBIOS EN TU CUERPO
Es posible que sientas dolor e, incluso, cierta insensibilidad en los dedos, muñecas y manos. Estas molestias generalmente aparecen por la noche, o cuando te levantas por la mañana. Al igual que otros muchos tejidos del cuerpo, los tejidos de la muñeca también se pueden hinchar, lo que aumenta la presión en el túnel carpiano, un canal de hueso que hay en la muñeca. Los nervios que pasan a través de este "túnel" se pinzan, creando una sensación de adormecimiento y hormigueo, punzadas de dolor agudo o sensación de quemazón.
Muchas parteras recomiendan dar masajes en el perineo (el área alrededor de la vagina) para ayudar a prevenir los desgarros durante el nacimiento. No todo el mundo se siente cómodo con este tipo de masaje, pero si quieres probarlo, ahora es un buen momento para empezar. Así es como se hace:
• Lávate las manos y luego siéntate en un área templada y cómoda, con las piernas separadas y en una posición semi-recostada. Pon un poco de aceite de vitamina E (el que está dentro de las cápsulas de vitamina E), o bien aceite de oliva puro, en tus dedos y pulgares y también alrededor de tu perineo.
• Sitúa tus pulgares alrededor de 1 a 1 y 1/2 pulgada (2.5 a 4 cm), que es como por debajo de la primera falange, dentro de tu vagina. Presiona hacia abajo (hacia el recto) y hacia los lados, al mismo tiempo. Continúa estirando suavemente, pero con firmeza, hasta que sientas una pequeña quemazón u hormigueo. Mantén este estiramiento durante unos 2 minutos, o hasta que la sensación de quemazón u hormigueo empiece a desaparecer.
• De forma lenta y suave, comienza a masajear la parte de abajo del canal vaginal, enganchando tus dedos en los lados del canal vaginal y jalando con suavidad estos tejidos hacia adelante, como lo hará la cabeza de tu bebito durante el nacimiento. Sigue haciéndolo durante 3 ó 4 minutos.
• Hazlo con suavidad, porque son tejidos muy sensibles. Durante el masaje, evita presionar la uretra (por donde sale la orina), porque esto puede causar irritación o infección.
Muchas parteras recomiendan dar masajes en el perineo (el área alrededor de la vagina) para ayudar a prevenir los desgarros durante el nacimiento. No todo el mundo se siente cómodo con este tipo de masaje, pero si quieres probarlo, ahora es un buen momento para empezar. Así es como se hace:
• Lávate las manos y luego siéntate en un área templada y cómoda, con las piernas separadas y en una posición semi-recostada. Pon un poco de aceite de vitamina E (el que está dentro de las cápsulas de vitamina E), o bien aceite de oliva puro, en tus dedos y pulgares y también alrededor de tu perineo.
• Sitúa tus pulgares alrededor de 1 a 1 y 1/2 pulgada (2.5 a 4 cm), que es como por debajo de la primera falange, dentro de tu vagina. Presiona hacia abajo (hacia el recto) y hacia los lados, al mismo tiempo. Continúa estirando suavemente, pero con firmeza, hasta que sientas una pequeña quemazón u hormigueo. Mantén este estiramiento durante unos 2 minutos, o hasta que la sensación de quemazón u hormigueo empiece a desaparecer.
• De forma lenta y suave, comienza a masajear la parte de abajo del canal vaginal, enganchando tus dedos en los lados del canal vaginal y jalando con suavidad estos tejidos hacia adelante, como lo hará la cabeza de tu bebito durante el nacimiento. Sigue haciéndolo durante 3 ó 4 minutos.
• Hazlo con suavidad, porque son tejidos muy sensibles. Durante el masaje, evita presionar la uretra (por donde sale la orina), porque esto puede causar irritación o infección.
No hay comentarios:
Publicar un comentario