Semana 35 de embarazo, ya son 8 meses. Tu pequeño ya es un bebé apretadito y pesado. Y es que su cerebro y su cabeza ya han alcanzado su tamaño máximo. Tu hijo ha producido 100 billones neuronas con 100 trillones de conexiones, que le durarán toda la vida. ¡Y empezó hace 28 semanas! (en la semana 7).
Si tuvieras un parto prematuro a estas alturas, podría sobrevivir sin problemas. Aunque, claro está, cuanto más tiempo esté dentro de tu vientre, más desarrollado y sano estará en el momento de nacer.
En esta semana 35 y en las últimas semanas, tu cuerpo le transferirá a tu hijo inmunidad temporal contra enfermedades infantiles (como las paperas y el sarampión). El bebé estará protegido hasta que le pongas las primeras vacunas. Su piel se alisa y el lanugo comienza a caer.
Todavía sigue todo acurrucadito dentro de ti y está ya un poco apretado en el útero. Ya no flota como antes y no da los saltos que daba. Pero el que tenga menos espacio no significa que se mueva menos: tu bebé debe seguir dando pataditas con la misma frecuencia que lo hacía antes. Si notas que se mueve menos, debes llamar a tu doctor.
Sus riñones están ahora completamente desarrollados y el hígado también está comenzando a funcionar. La mayoría de su desarrollo físico básico está ya completo. En las próximas semanas se dedicará a aumentar de peso.
CAMBIOS EN TU CUERPO
Tu útero, que ahora ya te llega hasta debajo de las costillas, ha aumentado unas 15 veces desde su tamaño original. Quizás sientas que ya no te queda espacio para acomodarlo. Si pudieras mirar adentro, verías que ya queda menos líquido amniótico, y que tu bebé está muy grande. El útero también está presionando sobre los órganos internos, y por eso tienes que ir tantas veces al cuarto de baño y sufres de acidez y otros problemas digestivos. ¡Si no tienes esos problemas, eres una de las pocas mujeres con esa suerte!
Probablemente tu doctor quiera verte ahora cada semana y te pida que cuentes los movimientos del bebé para poder controlar su nivel de actividad. Entre ahora y la semana 37 de embarazo, hará una prueba para comprobar las bacterias que hay en la vagina y descartar que esté presente el estreptococo del grupo B. El cultivo se hace pasando un palito, parecido a los que se usan para los oídos, pero más largo, por la vagina y el recto. Esta prueba no es dolorosa.
El estreptococo del grupo B generalmente no causa daños en los adultos, pero si lo tienes y se lo contagias al bebé durante el parto, puede causarle complicaciones (como neumonía, meningitis o una infección en la sangre). Debido a que entre el 10 y el 30 por ciento de las mujeres embarazadas tienen la bacteria, y no lo saben, es importante hacerse esta prueba. Las bacterias aparecen y desaparecen por sí solas, por eso es que no te hacen la prueba antes). Si tienes la bacteria, te darán antibióticos intravenosos durante el parto, lo cual reducirá el riesgo de infectar al bebé en un 70 por ciento.
Hay un cambio muy curioso: algunas mujeres ven sobresalir su ombligo como consecuencia de los últimos estirones de la barriga. Por otro lado, a partir de esta semana 35, el bebé procede al encajamiento: se pone en posición fetal, con la cabeza en la parte inferior de la pelvis, y descansa en el cuello del útero. No estés preocupada si aun no ha cambado de posición, porque a pesar del poco espacio que hay ahora en el útero, desde la semana 35 el feto todavía puede dar varias vueltas antes de nacer.
Probablemente tu doctor quiera verte ahora cada semana y te pida que cuentes los movimientos del bebé para poder controlar su nivel de actividad. Entre ahora y la semana 37 de embarazo, hará una prueba para comprobar las bacterias que hay en la vagina y descartar que esté presente el estreptococo del grupo B. El cultivo se hace pasando un palito, parecido a los que se usan para los oídos, pero más largo, por la vagina y el recto. Esta prueba no es dolorosa.
El estreptococo del grupo B generalmente no causa daños en los adultos, pero si lo tienes y se lo contagias al bebé durante el parto, puede causarle complicaciones (como neumonía, meningitis o una infección en la sangre). Debido a que entre el 10 y el 30 por ciento de las mujeres embarazadas tienen la bacteria, y no lo saben, es importante hacerse esta prueba. Las bacterias aparecen y desaparecen por sí solas, por eso es que no te hacen la prueba antes). Si tienes la bacteria, te darán antibióticos intravenosos durante el parto, lo cual reducirá el riesgo de infectar al bebé en un 70 por ciento.
Hay un cambio muy curioso: algunas mujeres ven sobresalir su ombligo como consecuencia de los últimos estirones de la barriga. Por otro lado, a partir de esta semana 35, el bebé procede al encajamiento: se pone en posición fetal, con la cabeza en la parte inferior de la pelvis, y descansa en el cuello del útero. No estés preocupada si aun no ha cambado de posición, porque a pesar del poco espacio que hay ahora en el útero, desde la semana 35 el feto todavía puede dar varias vueltas antes de nacer.
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